miércoles, 3 de noviembre de 2010

Misterio revelado: ¿Qué es el fenómeno Poltergeist?

Todo aquello que tenga relación con lo oculto y misterioso fascina a muchos, unos, quizás la mayoría, en un afán de ver registros de actividad paranormal a cómo de lugar y otros, a buscar explicaciones de las más diversas perspectivas.
En este artículo vamos a revisar las teorías que pretenden dar respuestas sobre la naturaleza de los fenómenos paranormales comenzando por reconocer que tales manifestaciones, cuando así ha sido posible, se pueden verificar por varios testigos y se cuenta incluso con evidencias físicas como fotografías, videos o audios. En definitiva, se trata de hechos concretos que no se pueden obviar ni se puede limitar su conocimiento sólo a la parafernalia que los rodea, eso es quedarse apenas en la superficie del análisis.
En su libro Poltergeist: An annotated bibliography of Works in english, Michael Goss compiló más de mil textos sobre poltergeist entre 1880 y 1970 concluyendo que Los poltergeist parecen haber estado plagando la raza humana desde el comienzo de los tiempos y han demostrado una vasta imparcialidad en cuanto a los sitios en los que operan. Se sienten tan a gusto en las selvas de Indonesia como en los suburbios de Londres o en el alboroto de la ciudad de Nueva York.

¿Quién no ha escuchado un testimonio o a quién no le ha ocurrido algo extraño, por mínimo que fuera, que no pudo explicar?
Sin embargo, son muy pocos los que realmente saben qué está sucediendo detrás de estos misterios. Las principales teorías, que intentan dar una explicación al fenómeno paranormal, fantasmas, casas embrujadas o lo que se conoce como poltergeist del alemán poltern (hacer ruido) y Geist (espíritu), se pueden resumir en las siguientes:
1.                Se trata de espíritus de personas muertas que rondan en nuestro mundo por ignorancia o por asuntos inconclusos con los vivos.
2.                Espíritus de origen desconocido.
3.                Espíritus demoníacos como se presentan en el contexto de la Biblia.
4.                Manifestaciones de carácter psíquico humano que escapan al control y conocimiento de las personas, como el caso de combustión espontánea, piroquinesis o la manipulación de objetos a distancia, telequinesis.
5.                Se trata de fenómenos de índole natural que aún no conocemos cabalmente pero que se producen por la combinación en excepcionales condiciones físicas, climáticas, electroquímicas, etc.
6.                Están relacionadas con desdoblamiento de espíritus de personas vivas o, como se denomina, por proyección astral sobre lo cual pierden el control.

Tres perspectivas para interpretar los poltergeist.
Estas teorías responden a tres grandes perspectivas de interpretación, la primera esta relacionada con el auge de fines del siglo XIX y principios del XX acerca del espiritismo, en que se postula que el espíritu de los muertos vaga por diversas razones intentando hacer notar su presencia a los vivos. La segunda está basada en la parapsicología que circunscribe toda actividad de índole paranormal a la mente humana y sus supuestas áreas inexploradas de supra-capacidad. La tercera, que es la que se valida en este estudio, es la perspectiva cristiana a partir de lo que está escrito en la Biblia, en que se identifica al fenómeno poltergeist o de los fantasmas como una actividad demoníaca.
Cabe destacar que las dos primeras perspectivas pudiesen complementarse entre ellas pero ambas contradicen lo que enseña la Biblia. La explicación de la parapsicología en cuanto a facultades extraordinarias de la mente provocando alteraciones a su alrededor no se condice con lo que la Biblia llama la naturaleza caída del hombre, que una vez expulsado del Edén cargaba en sí la corrupción de pecado.
Así mismo, aparte de Dios mismo, los que se presentan en el Antiguo Testamento ejecutando algún portento sobrenatural son los ángeles en cumplimiento de una orden de Dios como por ejemplo lo ocurrido con Lot en el libro de Génesis 19:10-11 Entonces los varones (ángeles) alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y cerraron la puerta. Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se fatigaban buscando la puerta. (Paréntesis del autor).
Otro ejemplo de un fenómeno sobrenatural relacionado con un hombre se halla entorno a la figura del profeta Elías en el libro de 1ª de Reyes 18:37-38 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aún lamió el agua que estaba en la zanja. Sin embargo, el autor de tal prodigio no es el profeta sino Dios que responde a su oración.
  En el Nuevo Testamento las manifestaciones sobrenaturales mantienen esta constante. Es Jesucristo quien camina sobre las aguas y si bien Pedro también, lo hace mientras cree en Él. Otros testimonios de simples mortales evidenciando una capacidad o conducta sobre humana aparecen vinculados a quienes estaban poseídos por espíritus demoníacos como se lee en Marcos 5:2-13 Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. 
Parapsicología, una seudociencia
Facultades paranormales como la telepatía, telequinesis, piroquinesis entre otras que postula la parapsicología como una manifestación puramente humana no han sido demostradas, es más, en el ámbito científico serio no se le reconoce mérito como ciencia. Tal como lo afirma Mario Bunge, epistemólogo argentino: Otra seudociencia, todavía muy difundida, es la parapsicología. Ésta es la disciplina que afirma la posibilidad de la transmisión del pensamiento, del conocimiento del futuro, de la telequinesis y de la comunicación con los muertos. Es una mera superstición legada por la antigüedad. Pero es la única seudociencia en la que se hace experimentación. Sin embargo, los que han estudiado los experimentos parapsicológicos han encontrado que adolecen de una de dos fallas: o bien no hay grupos de control o bien hay fallas de razonamiento estadístico.

Sobre el espiritismo y la Biblia
El espiritismo afirma que los poltergeist son la evidencia clara que después de la muerte los seres humanos podemos vagar por tiempo indeterminado libremente en busca de solucionar asuntos pendientes, interactuar con nuestros deudos para proporcionar alguna información secreta o demandar venganza. En este caso la existencia del cielo y el infierno es puesta en duda o simplemente omitida, sitúa al hombre en la imposibilidad de morir espiritualmente esto es estar eternamente separado de Dios.
La interpretación del espiritismo en referencia a los poltergeist va aún más allá afirmando que los seres humanos tendríamos la oportunidad, después de muertos, de proseguir hacia otras esferas espirituales o hacia la reencarnación conforme a una buena conducta en la vida pasada. Ahora bien, la Biblia, es claramente el libro de los libros, único con verdadera autoridad en temas espirituales por ello desecharla en un análisis de este tipo es, por decir lo menos, riesgoso.

¿Qué ocurre con el hombre después de la muerte?
La Biblia dice en el libro de Eclesiastés 9:5-6 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol. En el contexto del Antiguo Testamento, antes de la venida de Jesucristo, se enfatiza el hecho que los muertos no pueden interactuar ni participan en nada con los vivos, menos comunicarles algo.
En cuanto al destino eterno, la Biblia expresa que hay una gran diferencia en quien muere creyendo en Jesucristo y quien lo hace como incrédulo, es decir, rechazándole. Para los primeros, los muertos en Cristo, duermen esperando la resurrección para vida eterna, veamos el ejemplo de Esteban al momento de su ejecución en el libro de Hechos 7:59-60 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió. 
En cuanto a quien muere sin Cristo, la Biblia señala que queda separado eternamente de Dios, es decir, una irrevocable muerte espiritual. En esta condición tras la muerte le sobreviene lo que dice Mateo 25:30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Este terrible cuadro describe el castigo que espera a todo aquel que rechaza la oferta de salvación en el Señor Jesucristo. Las tinieblas de afuera, grafican lo más separado de la luz, o donde la luz está ausente. Lloro por un dolor indescriptible y el crujir de dientes por un irremisible tormento.
En definitiva, los muertos o están con Cristo en el cielo o confinados al castigo en el infierno, en ambos casos están imposibilitados de interactuar en nuestro mundo ni saben que sigue ocurriendo con quienes le sobreviven.

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