viernes, 5 de noviembre de 2010

Fenómenos paranormales, fantasmas, apariciones, poltergeist corresponden a una táctica de suplantación.

Es muy probable que, ante la perspectiva cristiana basada en la Biblia, en que se juzga a los fenómenos paranormales como producto de una actividad demoníaca y que no tiene que ver con espíritus de muertos rondando a nuestro alrededor, más de alguien resista esta realidad insistiendo que tiene la certeza, por ejemplo, que el fantasma que ronda su casa es efectivamente el espíritu de un familiar debido a que se oyen sus mismos pasos, repitiéndose incluso las mismas rutinas del diario vivir en la cocina, en la sala, al hojear su libro predilecto o ver moverse la mecedora por enumerar algunas. De igual modo, parece del todo razonable que, en un lugar donde hubo un homicidio, la víctima quede rondando el lugar clamando por justicia o el asesino, una vez muerto regrese para repetir su ataque.
Como ya hemos establecido (ver artículo anterior) nuestra perspectiva de análisis es Cristo-céntrica y sustentada en su enseñanza que está en la Biblia y concluimos que los muertos nada saben ni pueden interactuar con los vivos de ninguna manera, sea que estén en el cielo o confinados en el infierno.
Muchos dicen creer en Jesucristo pero ¿cuántos creen a su Palabra?
Él mismo nos enseña a conocer a nuestro enemigo y sus estrategias para desviar a la humanidad de la verdad y el perfecto conocimiento de Dios. Consignemos lo que dice Jesús en el Evangelio según Juan 10:10 El ladrón (Satanás) no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Paréntesis y subrayados míos).
Aunque se quiera vivir ajeno a esta realidad espiritual, la Biblia resalta que hay una guerra y que Satanás no da tregua en su afán de levantar mentiras para provocar el tropiezo del hombre. Leemos en el libro de Efesios 6:11-12 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
La cita anterior nos indica que hay una organización demoníaca en forma de ejército con grados y asignaciones territoriales. Su objetivo: evitar que una persona se arrepienta entregue su vida a Jesucristo. Con seguridad cabe la pregunta: ¿Habla la Biblia de fantasmas? Pues sí, veamos en el libro de Job 4:16 Paróse delante de mis ojos un fantasma, cuyo rostro yo no conocí, y quedo, oí que decía… Si bien este pasaje merece un comentario aparte más profundo, se puede precisar que lo que Job veía en medio de su aflicción era un ángel, si se sigue el contexto de lo que este personaje declara.
La Biblia nos puntualiza ya en el Salmo 91:5-6, lo que Pablo mencionaba en la cita de Efesios en cuanto a las asechanzas del diablo, No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya.
En otros pasajes relacionados con las creencias de los judíos se verifica que las apariciones de fantasmas les eran conocidas como el caso de los discípulos de Jesús que, en la distancia confundieron a su Maestro como leemos en Mateo 14:25-26 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
Otro importante aspecto que presenta la Biblia se refiere a lo antiguo de las prácticas ocultistas y el intento de comunicarse con los muertos como costumbre de las naciones que habitaban la Tierra Prometida. Dios mismo las condena en el libro de Deuteronomio18:9-11 Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos(Subrayado mío).
Recapitulando, si los muertos nada saben ni pueden hacer en el mundo de los vivos y Dios mismo advierte lo abominable (repugnante) que le es todo lo que se vincula con el ocultismo ¿qué consecuencias trae a quien se aventura en este territorio oscuro? La indefensión espiritual. Toda prohibición que Dios ordena es para guardarnos del peligro que éstas conllevan.
Abrir una puerta al ocultismo, obsesionarse con los misterios, casas embrujadas, apariciones fantasmales, hechicería, adivinación y cosas semejantes es exponerse voluntariamente a caer en las redes de Satanás. Por lo cual si aplicamos el principio bíblico de: Por sus frutos les conoceréis, el razonamiento a seguir sería:
Creer que los fantasmas y fenómenos paranormales están relacionados con actividades de personas muertas significa creer que luego de la muerte no hay infierno ni cielo, que no es tan malo morir si se queda uno por ahí vagando por este mundo, por lo tanto se diluye la  necesidad de un salvador, de ser salvos de un castigo eterno.
Aún más, si se cree que el ser humano podría ostentar facultades extraordinarias en el plano sobre natural, si se tiene la expectativa de una nueva oportunidad en otra vida mediante la reencarnación, ¿para qué hay que preocuparse de la salvación?
Si analizamos una manifestación paranormal por su fruto o resultado si se quiere, concluiremos que es una obra satánica en que los demonios suplantan al muerto y se disfrazan para engañar a los vivos, es al diablo a quien le interesa que se crea a esta mentira, y al mismo tiempo, someter al hombre sin Cristo al miedo y a la angustia de creer que su poder es total y similar al de Dios.
Sea que se esté presenciando tales manifestaciones o por curiosidad se indague sobre éstas en libros, videos, grabaciones o por la misma Internet no olvidemos que su meta es apartarnos de la verdad y llevarnos a la perdición eterna. En medio de un mundo de las tinieblas, en medio de la guerra espiritual, sin Jesucristo no podemos resistir, nada podemos hacer, Él dijo en Juan 14:6 Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 
¿Estás atrapado en prácticas ocultistas? ¿Quieres ser salvo y que Jesucristo transforme tu vida?

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